domingo, 27 de diciembre de 2015

Nadie hace nada

En este pintoresco lugar llamado España, porque de alguna manera hay que llamarlo, hay gente con cargos públicos que tienen una manera de entender la vida un tanto peculiar. Esa peculiaridad, es mangonear o utilizar un dinero que ni siquiera es suyo, en sus gastos personales, como puede ser comprar en el súper, tomarse unos gin tonic, irse de putas o meterse rayas de coca, por ejemplo y por no extenderme mucho. Lo más llamativo de todo, es que casi no se escapa ni dios de ese mangoneo y por supuesto ningún estamento que tenga presupuestos públicos o que estén o dependan de un ministerio en particular. Y el deporte no iba a ser menos y más concretamente la Federación Española de Baloncesto (FEB). Como saben, y si no se lo recuerdo yo, la FEB depende del Consejo Superior de Deportes (CSD) que a su vez depende del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Pues bien, el CSD ha ordenado la realización de una auditoría complementaria a los gastos de la (FEB) tras recibir una denuncia que alerta del supuesto uso indebido de fondos federativos por parte del presidente, José Luis Sáez. Pero lo más gracioso de todo, es que esta práctica se habría mantenido durante años. Lo que yo les diga, no se escapa ni el tato y encima cuando no nos ven se ríen de nosotros los muy desgraciados. La FEB maneja un presupuesto anual de unos 20.000.000€, con lo que ya se pueden ustedes imaginar las fiestukis que se pega o se pegaba el colega a costa de todos los españoles. 
Pero en esta deliciosa España somos así. Somos unos ciudadano muy dóciles y ejemplares, porque esto pasa en algún país de nuestro entorno, y el presidente de esa federación estaría ya más que fulminado de su puesto, y aunque nos parezca mentira, él mismo habría pedido su dimisión por mangonear, y aunque nos parezca increíble pidiendo perdón a los ciudadanos por ese acto ruin y miserable, pero ya lo que sería la pera y nos parecería el no va más, es que devuelva lo mangoneado. Pero recuerden que éste no es un país normal, sino España, un lugar donde, todo disparate, por gordo que sea, tiene su asiento, y donde, por poner un ejemplo clásico, una ardilla podría cruzar la Península saltando de mangante en mangante sin tocar el suelo. Como les he dicho al principio, es una manera de entender la vida. 
Mientras, los ciudadanos de a pie sufrimos recortes en becas, en camas hospitalarias, en medicamentos, en las pensiones, etc, etc, etc, para que cuatro golfos aprovechen su puesto para pegarse la vida padre. La triste historia de España contada de nuevo. Nadie hace nada al respecto, nadie da ejemplo, nadie es capaz de cambiar una legislación para que este tipo de mangoneos tengan un castigo ejemplar. Nadie. Será porque a ninguno de los que hacen esas cosas les interesa hacer nada, por el motivo de que colocan amiguetes o a familiares, y claro, no van a ir a la cárcel. Por eso, nadie hace nada para cambiar esta manera de entender la vida, que no es otra que mangonear los ya jodidos ciudadanos. Porca miseria. Por eso, déjame que te cuente.

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