domingo, 12 de febrero de 2017

¿Alguien se acuerda?

En esta España en la que vivimos, la memoria es algo que se pierde rápidamente, sobre todo si está dedicada a personajes públicos y notorios. Estos personajes han sido juzgados por mangonear dinero público con total impunidad hasta que algún periodista se coscó del asunto, lo llevo a primera plana, tuvo su boom y se acabó. Como siempre las noticias en este país se olvidan rápidamente. Y para muestra un botón. 
¿Se acuerdan ustedes del caso Nóos?, ese caso estaba relacionado con Iñaki Urdangarín, un socio que tenía conocido como Diego Torres, la despistada de la Infanta Cristina la cual no se enteraba de nada de lo que hacía su marido aunque sus cuentas corrientes subían como la espuma. Este caso era un caso típico español, es decir, quedarse con eventos, cobrarlos a precio de oro y no declararlos o declarar sólo una parte. Pues bien, a día de doy este caso está pendiente de sentencia judicial. Pero como saben ustedes no hay sopa Hispana sin pelo dentro y resulta que hay “DISCREPANCIAS SOBRE LA PENA A URDANGARÍN” y de ahí el retraso de la sentencia. Si esto sigue así, pasará lo que todo el mundo del entorno de este chorizo quieren que pase, que no es otra cosa que caduque, porque esa situación puede estar así años y años, pero sólo hasta la fecha de caducidad, como he dicho. 
Otro caso u otra macro causa, es la que hay o está o hubo en Sevilla por el conocido caso de los eres fraudulentos. Esto era que la UE mandaba fondos para que los parados se formaran para encontrar un empleo a base de cursos de formación, y llegaban los sindicalistas de turno (no se rían por dios, en España todavía existen estos parásitos sociales aunque ustedes no los vean ni por error televisivo) cogían ese dinero y se hacían fiestas, chalets, se iban de putas, se divertían y así hasta fundirlos en su propio beneficio. En este caso, ya hay instrucciones que han caducado, con lo cual nunca serán juzgados, como tampoco lo serán Manuel Chaves y Manolo Griñan, que como siempre eran los responsables de ese dinero y que por supuesto ellos no sabían nada de nada y que le pregunten a otro. Como consecuencia de todo esto, la juez Ayala que era la que llevaba este caso fue fulminada de inmediato de su puesto, como no podía ser de otra manera. 
Estos son dos claros ejemplos de olvido periodístico, de olvido institucional y de olvido en general. Nos dan la tabarra durante semanas con estos boom informativos, y se llenan los platós de televisión y de radio con cantamañanas que explican el por qué de aquello y el por qué de lo otro, pero no explican (nadie) el por qué se olvida tan rápidamente estas cosas y por qué para los periodistas estas cosas ya no tienen interés informativo. Eso es lo que deberían de explicar en vez de darnos la tabarra con sus cosas evidentes. 
Así está España conforme está. Olvido y olvido. Supongo que es la mejor manera de seguir tirando para adelante en este país de mierda en el que vivimos. Por eso, déjame que te cuente.

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