lunes, 8 de enero de 2018

Rogando

Lo que pasa en este país de pandereta conocido como España porque de alguna manera hay que llamarlo, es simple y llanamente de chiste. Los que hace unos meses se pasaban las leyes y los tribunales españoles por el arco del triunfo, porque se creían superiores a las mismas, ahora suplican y ruegan que esas mismas leyes y esos mismos tribunales que antes aborrecían, cumplan con la ley para su beneficio, como no podía ser de otra manera claro está, y ese beneficio no es otro que salir de la misma para poder seguir de diputado y así poder cobrar su sueldazo y hacerse inmune a la ley. Todo lo anterior, viene a colación porque la semana pasada leí una noticia que me dejó patidefuá pese al escaso margen de sorpresa que a uno le deja ser súbdito español, sobre la declaración de Oriol Junqueras en el Tribunal Supremo, que por otro lado, si es a puerta cerrada no sé cómo se difunden por todos los periódicos españoles a los 5 minutos de haberse producido. Pero en fin, esa es otra cuestión. Resulta que el amiguete indepen, el mismo que se saltaba la ley a la torera y apremiaba a otros a que lo hicieran, el mismo indepen que desde su territorio discovery blasfemaba sobre los tribunales españoles y no hacía caso de las sentencias judiciales, el mismo indepen que fue enchironado por hacer esas cosas por creerse el todopoderoso, el mismo indepen al que Carles Puigdemoooooort dejó en la estacada, en la sala del TS ROGÓ (y esta es la noticia), QUE LO PUSIERAN EN LIBERTAD. Rogó, les vuelvo a indicar. Lo haría por lo menos en castellano el indepen de pacotilla. Lo que hizo en esa sala, en castellano castizo tiene un nombre, y se llama: DESCOMUNAL BAJADA DE PANTALONES. Y esa bajada ya la hizo todo (o casi) el gobierno catalán cuando vieron que la justicia española iba en serio y a por ellos sin contemplaciones y vieron peligrar su estatus y su nivel de vida tan alto que esos cargos conllevan. Rogó el indepen, me gustaría haberlo visto pidiendo clemencia como un vulgar vasallo de otro que está huido. Empleó tan solo dos minutos en exponer sus argumentos y los dedicó a defender su firme compromiso con la paz y el civismo, cosas estas que se pasó por el arco del triunfo cuando tuvo que hacerlas en vez de llegar a estos extremos. El indepen alegó que su trayectoria profesional, docente y personal demuestra que se encuentra en el extremo opuesto a la violencia, pero no en evitar que todos sus secuaces la ejercieran, como se vio en muchas manifestaciones indepen en las cuales se vieron cosas excesivamente duras, y Oriol Junqueras el indepen actualmente con los pantalones en los tobillos, no lo evito. Solo las referencias por parte de las acusaciones y de los magistrados a que su actitud durante las jornadas de septiembre previas al 1-O alentó movimientos violentos merecieron su desaprobación, que demostró con gestos. Por mi parte que se siga pudriendo en el trullo, pero él tendrá suerte y seguramente saldrá gracias a las leyes españolas, aunque sea rogándolo. Por eso, déjame que te cuente.

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