jueves, 1 de marzo de 2018

Los urinarios papales

Ya saben ustedes que la iglesia no es tonta, y valora mucho que sus dirigentes sepan entenderse con el poder civil, ya saben ustedes, influir pero sin llamar la atención como han hecho durante 2018 años. Pues resulta que la justicia a imputado al ex presidente Camps y el obispo auxiliar de Valencia por prevaricación, falsedad y malversación en la visita del Papa en 2006. Pero la jueza que lleva el caso, cita además a otras ocho personas como imputadas, entre ellas el ex presidente de las Corts, Juan Cotino que es el ingrediente de todas las salsas, y el ex vicepresidente de la Generalitat Víctor Campos por presuntas irregularidades en la contratación de la Fundación V Encuentro Mundial de las Familias, que está formada por el Arzobispado, la Diputación, el Ayuntamiento de Valencia y la Generalitat, se constituyó para gestionar la visita a Valencia del Papa Benedicto XVI en 2016. Aunque la Iglesia aportó dinero y pagó parte de la deuda, la mayoría del dinero gastado fue de la Generalitat. Se pagaron pantallas gigantes, 7.000 urinarios y la publicidad y propaganda del evento. En total, unos 12.000.000€ gastados por la entidad que ya ha sido liquidada. Pero en donde se encuentra el quid de la cuestión es en los urinarios, los cuales fueron un símbolo de la desmesura que rodeó la organización de la visita del papa ese año. Las calles de la ciudad y los espacios próximos a los actos previstos se llenaron de hileras de urinarios móviles. Todo el aparato político del PP, con Francisco Camps en la presidencia de la Generalitat, Rita Barberá en la alcaldía de Valencia y Juan Cotino como gran impulsor del evento, se aplicó a anunciar una auténtica invasión de estos urinarios. Se estimaba que un millón de peregrinos llegarían a la ciudad. No fue así y la mayoría de los 7.000 sanitarios instalados (para las Fallas, que abarrotan Valencia, el Ayuntamiento coloca apenas algunos cientos de váteres móviles) se quedaron sin utilizar. Más de una década después, los 3,1 millones de € gastados en su alquiler forman parte de una nueva causa por corrupción abierta en un juzgado de Valencia, y claro, nadie saben donde están los dineros esos. Por eso, la juez investiga supuestos delitos de prevaricación y malversación en relación con las contrataciones realizadas por la Fundación V Encuentro Mundial de las Familias, según informó el diario las Provincias. Y ya ha comunicado que les afecta, entre otros, a Francisco Camps y al obispo auxiliar de Valencia, Esteban Escudero. El arzobispado apenas aportó los 10.000€ iniciales a una fundación que funcionó como si fuera privada cuando su financiación procedía en casi su totalidad del erario público. Solo en urinarios, mochilas para los peregrinos y publicidad gastó más de 14.000.000€. El suministro, colocación y mantenimiento de los sanitarios, de los que fue responsable la firma Acciona, costó 3.100.000€. O sea, un derroche en toda regla del cual muchos, como siempre, salieron beneficiados. Para esto mejor que no venga el Papa, porque si no es la ruina. Laus deo. Por eso, déjame que te cuente.

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