viernes, 9 de marzo de 2018

Monjes separatistas

La iglesia no es tonta, y valora mucho que sus dirigentes sepan entenderse con el poder civil, ya saben ustedes, influir pero sin llamar la atención, cosa que hacen realmente bien, todo se ha dicho. Y para muestra un botón, como siempre. Una embajada del Gobierno de Tabarnia (ese país inventado por algunos intelectuales y varias personas más hartos de tanto procés en Cataluña) en el exilio ha visitado la abadía de Montserrat, en la que sus monjes ruegan a Dios por el prófugo Carles Puigdemont (ojo al dato) y el resto de golpistas encarcelados. La comitiva de Tabarnia, pretendía que la furgoneta en que se desplazan recibiera la bendición de la Virgen Moreneta, pero la respuesta de estos religiosos que convierten los salmos en alegatos contra España y el Tribunal Constitucional, que permiten mosaicos de los CDR o que apoyaron a Carod Rovira cuando negoció con ETA fue no entramos en política. Toma del frasco, Carrasco. La respuesta de los religiosos resulta cuando menos chocante, puesto que la politización de esta comunidad de 70 benedictinos ha sido una constante en las últimas décadas. Y que ha ido a más desde el inicio del denominado procés en 2012 hasta el intento de golpe de Estado del pasado otoño. El último ejemplo es de este pasado miércoles, con el ayuno cuaresmal y político en contra de la represión del Estado. Y hace tres semanas, cedieron el monasterio para que los CDR hicieran un macro mosaico por los presos políticos. Y luego no entran en política, según ellos. Sólo hay que tirar un poco de historia para saber que los monjes benedictinos siempre han tenido mucho poder dentro de la iglesia, ya que desde el siglo X y desde el monasterio de Cluny, han dado muchos papas a la iglesia católica, con lo cual no me extraña nada que estos benedictinos hagan lo que les salga de la entrepierna, ya que su poder es absoluto, con quién lo merezca según ellos claro, y como ha quedado demostrado. Pero lo que sucede intramuros en Montserrat es sólo una muestra más del independentismo que trata de instilar en la sociedad una parte importante de la Iglesia en Cataluña. Homilías que loan a los golpistas y que cuestionan las sentencias de los tribunales, esteladas y lazos amarillos en campanarios, o charlas de de la ANC en locales parroquiales son algo habitual. Estos monjes, sacerdotes y párrocos al dictado de la ANC y Òmnium Cultural (cuyos líderes están en la cárcel) aseguran que lo pide el pueblo pero se niegan en rotundo a atender de la misma forma las peticiones de catalanes constitucionalistas. Haced lo que yo diga, pero no hagáis lo que yo haga. Lema eclesiástico por excelencia. En fin, la iglesia en su plena actitud. Laus deo. Por eso, déjame que te cuente.

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