martes, 8 de mayo de 2018

La justicia se tambalea

Sólo dos instituciones de las miles que hay en España, se han mantenido incólumes desde la Transición, la monarquía y la justicia. Pero desde la semana pasada, sólo una sigue incólume, la monarquía. Y lo vimos la semana pasada, cuando vivimos dos protestas históricas. La primera, el 26 de abril, congregó a una multitud de ciudadanos ante el ministerio de Justicia en protesta por la sentencia de La Manada. La segunda, estuvo protagonizada por jueces y fiscales, hartos del ninguneo al que les han sometido los distintos gobiernos que han gobernado en España. El paradigma de la judicatura ha cambiado en diez días. Sus sentencias, antaño sagradas, han comenzado a criticarse en las redes sociales, desatando una ola de indignación que llevó a algunos a pegar la cara de Ricardo González, el magistrado disidente en el caso de La Manada, en las paredes del ministerio. Ahora se debaten en la calle los matices jurídicos entre agresión y abuso sexual. Incluso la ONU y el parlamento europeo quieren opinar. Para colmo, el ministro Catalá, que debería haberse metido la lengua en el culo, se alineó con las protestas señalando a González como una persona con un problema singular y que a día de hoy, nadie sabe todavía cuál es ese problema. Los jueces están que trinan y con razón. Sus asociaciones han aunado la voz para gritarle al Ejecutivo que ya están hartos de ser manoseados por los políticos e injustamente juzgados por parte de la sociedad. Los jueces no nos quejamos de que nuestras sentencias sean leídas y criticadas, es incluso saludable para la democracia, pero sí reclamamos que se respeten ciertos límites. Esto pasa, porque a los jefes de los jueces, es decir, el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), los nombran los políticos, y como ya saben ustedes, la política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados, y vemos como cada año, los puestos de CGPJ se los reparten los partidos políticos como si fueran cromos de futbol, y es ahí donde está el problema de la justica, aparte de no tener medios, de no tener formación sobre algunos temas importantísimos como puede ser la violencia de género y de tener una legislación anticuada y retrógrada para los tiempos que estamos y en los que vivimos. Ante todo esto, los jueces me parece a mí que se encuentran completamente desprotegidos y no tienen voz, como los militares. Las asociaciones judiciales deberían de tomar el papel del CGPJ, desaparecido ante la mayor crisis mediática en la historia del poder judicial, y quitarle ese reparto a los partidos políticos y que sean los jueces los que elijan a sus representantes y ya también que elijan sociedad portavoces judiciales, porque no los tienen. Si vamos sumando cosas, nos encontramos ante la lamentable situación de la justicia, que puede llegar a ser peor de lo que es. Es lo que hay, Maikel Naig. Por eso, déjame que te cuente.

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