jueves, 28 de junio de 2018

Gobierno de poses

Una de las cosas de las que más se habló cuando Pedro Sánchez tomó posesión de su cargo como presidente fue por el hecho de que lo hiciera sin Biblia. Se pusieron todos los socialistas y fieles muy estupendos por un hecho tan ridículo como ese. Sánchez, que ya nos ha dejado claro que su gobierno va a ser el de las poses, empezó a practicar poses desde el minuto uno con el asunto de la Biblia. Pero lo curioso en el laicismo de Sánchez y de la mayoría de sus estupendos seguidores, llega cuando se trata de respetar y hablar de la comunidad musulmana. Lo que pita entre los laicos progres, tan poco religiosos ellos, es tratar a los católicos y a los musulmanes de distinta forma. Los eternos complejos que arrastra el progresismo patrio, renegar y avergonzarse de sus raíces, de sus orígenes y de su cultura. Y todo esto lo escribo yo, alguien que no es ni creyente ni practicante. Pero no hace falta serlo para reconocer que nuestras raíces y nuestra historia, como españoles, provienen de la cultura católica y de la musulmana, y datos y libros hay por doquier para ver lo de que hablo. Forma parte de nuestra historia. Parece que lo moderno y lo que impera es avergonzarse de nuestros orígenes y de nuestra historia, intentando dejar a un lado a una religión en pos de otra. Pero si solo fuera eso, el problema no sería tan grave. A la vez que no se respetan las creencias religiosas de una inmensa mayoría de los españoles, se abrazan y se respetan otras ajenas a nosotros y completamente retrógradas en la mayoría de sus preceptos. Y no lo digo yo, lo dice el libro sagrado de esa otra religión, o por lo menos lo que algunos interpretan de ese libro sagrado. El abrazo a las minorías que practican estos políticos de tres al cuarto, que han sido todos, dicho sea de paso, suena más a afán electoralista que otra cosa. Parecen tener demasiado claro que el voto de la mayoría lo tienen seguro y buscan afianzarlo con el de esas minorías. Que no estén tan seguros, que no lo tengan tan claro. Este gobierno parece más un anuncio publicitario que un gobierno. Lo que sí parece y es realmente lo que sucede, es que Pedro Sánchez, alias el Laico, hace una nueva descomunal bajada de pantalones ante la comunidad musulmana, la misma que está en España y no se adapta a nuestras costumbres, la misma que nos llama xenófobos por no hacer caso a sus cosas y a su manera de entender la religión. Esto ha pasado, pasa y pasará con cualquier gobierno que llegue al poder en este desgraciado país, porque es una cosa sin resolver que sigue ahí, dando por culo sin que nadie haga nada al respecto. Mucha paz y amor para esa religión, pero en el fondo es el miedo lo que mueve a este gobierno y a cualquiera a bajarse los pantalones ante semejante disparate, para así evitar, o eso creen ellos, males mayores. Pero no es así, y los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado de vez en cuando nos dan el toque deteniendo a fanáticos de esta religión. Así que menos gilipolleo y menos poses y a solucionar el pastelón, amigos gobernantes. Por eso, déjame que te cuente.

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