martes, 10 de julio de 2018

Los dedazos

Llegar al poder es hacer cambios para colocar a amiguetes, primos, familiares, gente que pasa por la puerta portando algo del color del partido que gobierna y así hasta el infinito y mucho más. Da igual la institución, lo que importa es colocar alguien que obedezca como un perro lo que el amo desde la Moncloa le vaya indicando. Por supuesto, da igual también como se llegue al poder. RTVE, Correos, CIS... estos son por ahora los pasteles a repartir, y los dedazos de Sánchez para blindarse en el poder gracias a sus alianzas con todo el espectro izquierdista del parlamento. Uno se pregunta en sus cortas entendederas referente a la gobernación y los trapicheos de nuestros asquerosos políticos, qué habrían dicho de Rajoy si hubiera colocado a su sociólogo de cabecera, Pedro Arriola, al frente del CIS, como ha hecho Pedro Sánchez con José Félix Tezanos Tortajada. Lo que está ocurriendo en RTVE es epítome de lo anteriormente descrito, acaso un insulto a los ciudadanos que pagan religiosamente sus impuestos. ¿No había que hacer una televisión pública con consenso?, se pregunta la opinión pública. ¿No había que despolitizarla? ¿de qué estábamos hablando? ¿de cambiar la legislación en apenas 24 horas para que Pablo Iglesias pueda colocar en un vodevil impresentable a un periodista afín cuyo perfil poco tiene que ver con el exigido para el puesto?. Resulta lógico que haya un relevo en los altos cargos públicos cuando se produce un traspaso de poder. Es lógico e incluso higiénico. Son cargos de confianza y cuando no hay confianza, obviamente, tampoco puede haber cargo. Otra cosa bien distinta es esa corrupción mucho más sutil, de la que hablaba Carlos Sánchez este domingo, que tiene que ver con la política de nombramientos, y que, como todas las corrupciones intelectuales, es más difícil de identificar. No se trata de la meritocracia sino del pecado capital patrio del amiguismo. El lamentable espectáculo de estos últimos días, que deja en mero juego de niños el nepotismo encubierto del anterior Gobierno, obedece al afán de Pedro Sánchez por controlar lo más rápidamente posible instituciones que son clave para mantenerse en el poder, lo que le hace incurrir en improvisaciones y descoordinación. No solo se trata de TVE. Sánchez tiene menos de dos años para armarse hasta los dientes antes de las próximas generales. Qué habría dicho Twitter si Rajoy hubiera colocado de presidenta de Correos a su fiel escudera Carmen Martínez Castro, que sabe lo mismo del sector postal, es decir nada, que Juanma Serrano, quien fuera director de gabinete en Ferraz y que a partir de ahora cobrará casi 200.000€ al año. Cómo puede ser que, después de toda la polémica montada en torno a Wert y su nombramiento como embajador de España ante la OCDE, Sánchez haya enviado a este puesto a un miembro de su ejecutiva como Manuel Escudero, secretario de Política Económica y Empleo del PSOE. No hay mucho que pensar, sólo que los pasteles son para repartirlos. Porca miseria. Por eso, déjame que te cuente.

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