domingo, 13 de enero de 2013

¿A quién se refiere?

El papa Benedicto XVI (antes Inquisidor General) no sé a quién se refiere cuando apela a la “vocación innata de la humanidad hacia la paz, en medio de un mundo marcado por las crecientes desigualdades, por el capitalismo financiero, por el terrorismo y a la criminalidad”. Les digo de verdad, que no sé a quién se refiere y si están ellos incluidos en esta retahíla de chorradas varias. Deberían de estarlo si tienen un poco de vergüenza y autocrítica. Todo esto está muy bonito que lo diga un tipo que gobierna una institución ha hecho eso mismo, exceptuando los 2 últimos puntos, que se sepa, pero ya se sabe que la Santa Inquisición está ahí para recordarle a este Papa a los pasados y a los venideros esa oscura época de masacre por el simple hecho de salirse de los cánones eclesiásticos que ellos decidían. Sí han estado durante 2012 años y lo siguen haciendo a día de hoy. Y para muestra sólo cabe darse un garbeo por África para ver las desigualdades que hay y él desde Roma no hace nada para evitarlo. Lo del capitalismo financiero también es otro asunto por el cuál debería callar, ya que si su banco, es decir, el banco Vaticano genera pasta por un tubo sin que luego los beneficios se repartan por igual entre los más desfavorecidos o entre ayudas a los más necesitados que ellos apelan a que hagan los demás, pero no a ellos, que son los que tienen el poder absoluto. Lo de los homosexuales también es otro tema de desigualdad que promulga esta secta, que a día de hoy no tiene sentido pero que ellos siguen dando la tabarra un día sí otro también. Por otro lado el pontífice también ha remarcado que el “principio de la paz profunda está vinculada indisolublemente a la fe y a la gracia, por lo que nada puede quitarle a los creyentes esta paz, ni siquiera las dificultades y sufrimientos de la vida”. ¿Qué quiere decir con esto el Inquisidor General ahora metido a Papa?, pues que rezando y orando está todo solucionado, según él claro, porque mira que la gente reza y requetereza y el panorama no mejora ni por error, ya que sigue habiendo más maldad que nunca acentuada por la crisis de caballo que hace que la gente se busque las habichuelas como buenamente puede mientras ellos desde el Vaticano se les ve bien cebados, bien alimentados y sin ninguna necesidad ni problema. Así cualquiera suelta estas paridas desde los púlpitos. Cuando se tiene todo fácil y al alcance de la mano, es muy fácil hablar, pero hay que estar en el lado cruel de la vida para ver que ni rezando ni teniendo fe se solucionan los problemas. Pero estos como siempre, a Dios rogando y con el mazo dando, o también es aplicable esta otra máxima que dice, hacer lo que yo diga pero no hagáis lo que yo haga. Así llevan 2012 años y lo que les queda. Como decía aquel, yo no sufro lo que llevo, sino lo que me queda. Menudo rollo. “Laus deo”. Por eso, déjame que te cuente.

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