Después de un mes de vacaciones sin hacer absolutamente nada, excepto descansar y recargar las pilas para esta nueva temporada, regreso para continuar con este blog durante un año más, si se puede.
Regreso con muchas ganas, muchas cosas interesantes que contar y muchas otras sorpresas que iré desgranando a lo largo de la temporada, porque como bien sabéis, mi intención es publicar un post cada fin de semana. Me gustaría hacerlo más a menudo, pero mis ocupaciones profesionales y personales no me dejan más tiempo ni más hueco que durante el sábado o el domingo. Lo haré. Es muy poca cosa, pero siempre hay algo que contar y espero hacerlo a mi modo.
Ha sido un verano interesante en noticias curiosas, como por ejemplo la visita de la señora de Obama, la presunta huelga de los “bolis caídos” que supuestamente han llevado a cabo los guardias civiles, lo de los controladores peleando por sus privilegios y no por sus derechos, pero sobre todo la crisis tan apabullante que tenemos encima, pero para pillar una silla para comer o cenar en cualquier restaurante o bar ha sido toda una odisea. Muchas veces durante el verano, me he preguntado que donde estaba la crisis, donde estaban esos 4.000.000 de parados, donde estaban esas familias que no tiene a ningún miembro trabajando, porque sitio para sentarse a tomar algo era complicadísimo.
Lo que está claro, es que los españoles somos así, que le vamos a hacer, podemos ahorrar durante todo el año, trabajar como hormigas, no salir a ningún sitio durante mucho tiempo, pero amigo, unos días de vacaciones fuera de nuestra residencia habitual no nos lo quitan ni el Tato. Por eso al final del verano volvemos a la triste realidad, a comprar otra vez los libros para los niños, los uniformes, que si la natación, que si las actividades extra escolares, etcétera, y entonces nos daremos cuenta que lo mejor hubiese sido estarse en casita y ahorrar para todas estas simplezas. La verdadera cuesta no es Enero, sino ahora, cuando empiezan los colegios y no tenemos ni un chapín y es entonces cuando nos topamos con la cruda realidad.
Pero bueno que nos quiten lo bailao y agua pasada no mueve molino. ¿Y lo que hemos disfrutado?. Lo he dicho he regresado a la realidad y aquí estaré para contaros las cosillas a mi manera y de una forma un tanto peculiar. Por eso, dejame que te cuente.
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