domingo, 13 de octubre de 2013

¿Se lamenta ella?

Conciliar la vida familiar y la profesional es en esta España cutre y salchichera que nos ha tocado vivir, simple y llanamente una quimera inalcanzable para muchas mujeres. Pero casi ninguna se queja, porque conforme está el patio, tener un empleo hoy por hoy es mejor que tener salud. Pues bien, todavía hay gente bien acomodada, gente que tiene a su alrededor 100 personas a su disposición para hacerle la vida más fácil, que encima se quejan y todo. Les explico. 
Estaba yo lo otros días desayunando en el bar de mi amigo Pacorro cuando leí esta queja: “La princesa Leticia se lamenta de lo difícil que es conciliar trabajo y la familia”, y lo dice ella, que tiene a su disposición a 100 personas para hacerle la vida más fácil. Cabe también pensar, que lo dijera en el contexto en donde se encontraba, que era en un foro sobre la mujer trabajadora y emprendedora. Leticia lo tiene fácil y lo que se debería de preguntar es en qué situación se encontraría ella si no hubiese pegado el braguetazo que pegó y tuviera que trabajar de periodista como trabajaba y conciliar eso con ser madre. Eso es lo que se debería de preguntar. 
Todos los que tenemos niños y mujer trabajando, sabemos lo que es eso, sabemos lo difícil que es, en parte porque el ejecutivo y las empresas no ayudan en nada a que esto sea posible. Estamos en España y eso ya dice mucho. Se salvan de este tema, algunas empresas grandes y serias que valoran a sus empleados, pero el resto no permiten absolutamente nada, aunque esté por ley ya que para ocupar el puesto de la mama cuando se va a darle el biberón a su hijo hay mil detrás esperando. Esa es la cruda y vil realidad. 
Por eso, cuando leí la noticia me quede un poco patidefuá, pese al escaso margen de sorpresa que a uno le deja ser súbdito español. Me pregunté cómo esta muchacha, la princesa me refiero hace este tipo de comentarios. ¿Se imaginan ustedes que la princesa dijera que no tiene pasta para comprarse unas bragas?, eso es inimaginable. Pues esto es lo mismo pero con los hijos, ¿cómo puede soltar tal gilipollez?. Pues eso, que me lo expliquen. Por eso, déjame que te cuente.

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