domingo, 2 de febrero de 2014

Otro pajarraco

Hace unos días entre cólera por las declaraciones de un pajarraco de la curia y un presentador de televisión por soltar barbaridades sobre la homosexualidad. Pues bien, a fecha de hoy el pajarraco que soltó todas esas barbaridades sigue libre y lo peor aún participando en ese programa televisivo en donde su ideología es caldo de cultivo para los fanáticos derechistas. 
Ahora sale otro pajarraco de la curia romana nombrado por el Papa Francisco y que ponen en duda los aires de renovación que el nuevo Papa quiere implantar en la Iglesia Católica. Este cardenal español que suelta estas lindezas que les voy a colocar íntegras, se lo pueden tomar como una chulería por mi parte como otra cualquiera, sigue todavía en libertad sin que nadie lo excomulgue o simplemente lo linche. Bien, dicho esto, les coloco íntegramente lo que suelta este pajarraco. Ustedes decidirán si no es para estrellarlo contra la pared. Hay van las declaraciones, sujétense los machos porque algunas son la pera. “La homosexualidad es una deficiencia que se normaliza con tratamiento, como la hipertensión”. Los ataques del nuevo cardenal Fernando Sebastián, nombrado por el Papa Francisco, ponen en duda los aires de renovación en la Iglesia El arzobispo emérito de Pamplona y Tudela, Fernando Sebastián, ha afirmado que una cosa es “manifestar afecto y acogida a un homosexual y otra justificar moralmente el ejercicio de su homosexualidad”. 
Ha sido una sorpresa de que a sus 84 años el Papa Francisco haya nombrado cardenal al arzobispo emérito de Pamplona, Fernando Sebastián, que fue obispo de Málaga. Y más sorpresa causa aun provoca que en sus primeras declaraciones, más que situarse próximo a las posturas aperturistas del nuevo Pontífice, se aleje de ellas y se manifieste como un retrógrado. 
Reside en Málaga. Sebastián fue obispo de Málaga y allí eligió fijar su residencia definitiva tras su jubilación, a pesar de ser navarro y de que tan solo ejerció el cargo 20 meses como responsable de esta diócesis. 
Una “deficiencia”. Preguntado sobre la frase del Papa Francisco sobre los gais en el sentido de que él “no era nadie para criticarlos” el nuevo cardenal ha dicho que “una cosa es manifestar acogida y afecto a una persona homosexual y otra justificar moralmente el ejercicio de la homosexualidad. A una persona así le puedo decir que tiene una deficiencia que es lo que es, pero eso no justifica que deje de estimarla y ayudarla. Creo que esa es la postura del Papa, lo mismo respecto del matrimonio homosexual o los divorcios. Vamos a estar a su lado, pero la Iglesia no puede cambiar las exigencias de la moral… ” 
La sexualidad, procreación; la homosexualidad, como la hipertensión “Con todos los respetos, digo que la homosexualidad es una manera deficiente de manifestar la sexualidad, porque ésta tiene una estructura y un fin, que es el de la procreación.Una homosexualidad que no puede alcanzar ese fin está fallando. Eso no es un ultraje para nadie. En nuestro cuerpo tenemos muchas deficiencias. Yo tengo hipertensión, ¿me voy a enfadar porque me lo digan? Es una deficiencia que tengo que corregir como pueda. El señalar a un homosexual una deficiencia no es una ofensa, es una ayuda porque muchos casos de homosexualidad se pueden recuperar y normalizar con un tratamiento adecuado. No es ofensa, es estima. Cuando una persona tiene un defecto, el buen amigo es el que se lo dice. 
Sobre la pederastia: “No somos máquinas y podemos fallar”. Sobre los casos de pederastia, Sebastián señala que “los problemas de conductas personales no pueden impedirse de una manera absoluta. Pero la forma de evitar este tipo de cuestiones es acentuar nuestro trabajo en la educación, educar moral, religiosa y humanamente, con estabilidad afectiva, con fuerza de voluntad… Todos los problemas de tipo personal arrancan de una deficiencia educacional… En la Iglesia tenemos que educar bien en los seminarios, discernir, seleccionar a los candidatos a sacerdotes lo mejor que podamos, siempre con el temor de que las personas no somos máquinas y pueden fallar”. 
El aborto no es una ”bandera de modernidad”. El nuevo cardenal dice sentirse inquieto por el aborto. En concreto le inquieta “que la sociedad española haya asimilado la normalidad del aborto. Es un debate mal planteado. Se elude la verdad del aborto. No es la interrupción del embarazo, es la interrupción de la vida de un ser humano incipiente que está en el vientre de su madre. A partir de ahí podemos discutir si es lícito o despenalizado. ¿Una mujer sensata y normal es capaz de reclamar el derecho a acabar con la vida del hijo que lleva dentro? No tiene sentido políticamente ni antropológicamente hacer del aborto una bandera de modernidad. Es un tema de reflexión más humanista que religiosa”. 
¿Cómo se les ha quedado el cuerpo después de leer tantas chorradas y tanta guarrería retrógrada?¿estos son los nuevos aires eclesiásticos?¿más de lo mismo?. Para lincharlo en la plaza el pueblo, no es para otra cosa. . “LAUS DEO”. Por eso, déjame que te cuente.

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