miércoles, 28 de febrero de 2018

Jaleo en ARCO

El arte contemporáneo es difícil de entender, de encuadrar y de ponerle límites entre la ley y la libertad de opinión. Desde este punto de vista, si es verdad que hay una delgada línea roja, que casi no se ve y que muchas veces se saltan por el lado de los artistas, galeristas y los amantes de esos artistas, y que por parte de las autoridades se debe de frenar para que no se haga apología de nada y que se cumpla la ley española, que para eso está. La semana pasada, se retiró de ARCO una obra muy polémica, según algunos, porque insultaba a las víctimas del terrorismo y se ensalzaban a etarras y a políticos presos, como es el caso de Oriol Junqueras. La obra constaba de una serie de fotos con caras pixeladas de etarras, independentistas y debajo de las mismas con una pequeña historia de la vida y obra del susodicho y susodicha elemento. El título de la obra era PRESOS POLÍTICOS y esa fue la chispa que produjo el incendio. A parte de la polémica del título, está se agrando también porque, porque nadie, repito, nadie sabía quién había dado la orden de quitarla, cosa por otro lado muy común en este país, ya que alguien hace algo, pero luego cuando se le pregunta a ese alguien, pues resulta que no estaba, ni había asomado el hocico por ese lugar. Desde Ifema se decía que ellos no habían dicho nada, desde el gobierno por supuesto tampoco, la galería que exponía ese obra dijo que había recibido la orden de quitarla, el autor dijo que esto era un ataque a la libertad de expresión, los visitantes dijeron que esto era una merienda de negros y que no se entendía el por qué de la retirada, y los medios de comunicación, con sus respectivos contertulios, decían que había sido un error retirar la obra porque lo único que se había conseguido era el efecto contrario, es decir, agrandar la fama de la obra, del autor y de la galería. Me inclino a pensar, que alguna mano negra que ahora calla para no liarla más, mando retirarla para que sus Majestades los Reyes de España, no vieran esa obra dedicada a unos presos políticos que en España no existen, pero que en algunos sectores nos quieren hacer tragar. Por eso, la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, decidió no acudir el jueves a la inauguración de ARCO para expresar su disconformidad por la retirada de la obra de Santiago Sierra, y a la que el Ayuntamiento se opuso. Con esto, Carmena dio plantón a los Reyes, que abrieron la 37 edición de la muestra, en la que exhiben sus obras 208 galerías de 29 países. La regidora calificó de penosa y partidista la decisión de pedir la retirada de la obra de Sierra a la galerista Helga de Alvear. Además, mostró su esperanza en que la situación se arregle y la obra, que ha sido comprada por el socio de Mediapro Tatxo Benet, se vuelva a mostrar. Pero me parece a mí que el comprador no está por la labor. Con esto se demuestra una vez más hasta que punto hacemos el ridículo en actos y en muestras tan importantes para España. Parece que nuestra asquerosa casta política no se da cuenta de nada. Por eso, déjame que te cuente.

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