domingo, 14 de junio de 2015

Que suerte el jovenzuelo

Ahora resulta que para que la Guardia Civil de Tráfico no te multe, tienes que ser joven. Y cuanto más lo seas mejor. Sí queridos blogueros, como lo leen. A mí también la noticia me dejo patidefuá, pese al escaso margen de sorpresa que a uno le deja ser súbdito español. 
La noticia que me dejo en ese estado y que ustedes seguramente están deseando conocer para también quedarse patidifusos, es la siguiente: “LA GUARDIA CIVIL CAZA A UN CONDUCTOR CIRCULANDO A 200Km/H, PERO LO DEVUELVE AL ASFALTO PORQUE ERA MENOR”. Pero no se pierdan lo que los civiles argumentaron para hacer tal cosa, “PRACTICAMOS LA CAZA RESPONSABLE”. Toma del frasco, Carrasco. 
Pero el menor que conducía el vehículo, y según la versión de los agentes, “EL CONDUCTOR NO SE TENÍA EN PIE PORQUE EL POBRECITO IBA MUY DROGADO”. Vamos a ver, porque no llego a entender nada. El conductor iba a toda leche, iba drogado, era menor y aún así los agentes lo dejan marchar. Menos mal, que ese conductor no atropello a nadie, porque sino la que se hubiera liado, o no, porque cabe recordar que estamos en España y eso es un detalle muy importante a tener en cuenta. Supongamos por un momento que hubiese atropellado a alguien, ¿de quién es la culpa?¿del menor?¿de los agentes por dejarlo ir?¿de la persona atropellada que se cruzó con él en el momento inapropiado?¿de los políticos y de las asquerosas leyes que hacen?¿de la justicia de mierda que tenemos en este país, que se aplica según quién sea el delincuente?¿de quién?. Ya me imagino la imagen en los telediarios. Comenzarían así: “un chaval en estado de embriaguez, atropella a una persona porque conducía su vehículo a velocidad excesiva y bajo los efectos de estupefacientes. Antes una pareja de la Guardia Civil de Tráfico lo dejo marchar porque era menor de edad. Los familiares del atropellado claman justicia, pero porque las leyes en esta España protegen más al delincuente que al perjudicado, de ahí que no se puede hacer nada”. 
Esta sería posiblemente (y sin posiblemente también) lo que pasaría en esta España de pandereta. Pero si el conductor hubiese sido famoso, ya ni les cuento el chorreo de programas rosas que tendrían carne de cañón para sus emisiones. Meses y meses estrujando la noticia, mientras el conductor se forra por contar la anécdota del atropello una y otra vez delante de las cámaras. La triste historia de España. Somos el hazmerreir. Por eso, déjame que te cuente.

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